El segundo aire
Se dice que cuando uno es joven no tiene miedo al realizar las cosas, incluso se culpa a la juventud de ver todo fácil y muchos afirman que es en esta etapa de la vida cuando se comenten más idioteces. Puede que haya mucho de cierto, pero también habría que decir que justo en esa temible adolescencia es cuando menos se piensa en el futuro y en todas la consecuencias que los actos realizados en ese proceso de crecimiento nos alcanzarán de grandes y nos cobrarán factura.
No quiero sonar fatalista, menos cuando apenas empieza este post, pero si quiero recalcar que todo, absolutamente todo, tiene consecuencias. Es entonces que en la juventud todo se nos hace fácil por que no creemos lo que nuestros padres nos dicen. Sentimos que es una forma de asustarnos para no realizar las tonterías por las que pasamos, y al final terminamos diciendo lo que tanto odiábamos escuchar que nos dijeran: " de grande vas a decir: que razón tenía mi madre " y vaya que la tenía.
Al llegar a la edad en la que me encuentro, muchos recuerdos de mi adolescencia vienen a mi, algunos con agrado y otros pues, deseando no haberlos recordado. Es casi imposible no pensar en todo lo que pude haber hecho si hubiera dejado de tener miedo y en como mi vida sería mejor en este momento, o bueno, eso es en lo que me torturo pensando. Al encontrarme unas fotos de un tío ya fallecido, quien es uno de mis héroes y ejemplos a seguir en la vida, me pregunté que sería de mí si hubiera seguido practicando artes marciales. Y así conforme llegaban esas cuestiones, venían otras y luego desaparecían por el ardor de mi sangre al saber que he desaprovechado muchas oportunidades que tanto la vida como mis padres me dieron.
Viene entonces ese sentir de un segundo aire. Escucho decir cosas como "los 30s son los nuevos 20s" y así conforme se van aumentando los años se va cambiando de década. No siento que sea una persona que se resiste a envejecer, tampoco soy alguien que se aferre a creer que en mis años todo se hacía y era mejor, aunque en el fondo todos sabemos que es cierto.
Tampoco seré tan cruel conmigo, pues no quiero decir que he desperdiciado mi vida en su totalidad. Lo poco o mucho que he logrado lo he hecho con las personas correctas en el momento indicado. Pero siempre escucho esa vocesita que me dice que puedo hacer más, que me puedo esforzar más, lamentablemente no siempre le hago caso.
A esta edad es cuando entiendo todos los esfuerzos que mis padres hicieron. En la vida tus padres juegan varios papeles, pero en la mía puedo decir que nunca fueron mis enemigos, solamente no sabía ver que estaban haciendo las cosas por mi bien. Es en éste momento en que mi madre es mi mejor amiga pues ahora vivo lo que ella vivió, ahora entiendo lo que ella pasó para que sus 3 hijos salieran adelante y seamos buenas personas.
Ya con más experiencia, y mucho me gustaría decir que también con más madurez, miro al futuro con una enorme frialdad y conciencia, pues no veo mis errores como tal, sino como algo que me dejó aprendizaje y que si quiero mejorar, debo creer para no repetirlos.
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