Hoy tocaba comer pastel

 

En mi familia, casi cada mes festejamos un cumpleaños. Son pocos los meses que no comemos pastel, bueno, esto antes de la pandemia. En Agosto, el turno era de mi padre ( y mi suegra). Precisamente ayer 12 de Agosto, o bien, mañana 14, era cuando celebrábamos el cumpleaños de mi padre.

Él falleció hace ya 6 años, y desde que partió, este mes y febrero ( mes en que falleció ) me dan mucha nostalgia y melancolía vivírlos. La muerte de un ser querido jamás se supera, aprendes a vivir con el dolor de no verlo todos los días, de recordar su presencia y si tienes suerte puede que en el más profundo silencio, escuches su voz. 

Me gusta pensar que mi padre aun me visita y me aconseja, solo que ahora lo hace en mis sueños. Cuando me he sentido triste o que no sé que hacer, él viene, me abraza y como si fuera arte de magia encuentro solución al problema en turno. 

Mi padre siempre fue una persona optimista. Le tocó vivir tiempos muy duros de pequeño. No tuvo oportunidad de cursar una carrera, pero su conocimiento en muchas de las áreas aplicables a la vida eran muchísimas. Jamás presumía, era una persona muy noble y dispuesto a ayudar a los demás siempre. Por él es que muchos de mis gustos los adquirí desde pequeño: las motos, la música, la lectura. 

Él me enseño que un hombre no es rico por lo que deja al morir, sino por lo que te enseña al vivir. Vaya que era sabio mi padre. Lo más difícil de perder a tu padre, es que quisieras que viviera contigo muchas más cosas de las que alcanzó a ver. Siempre me he preguntado cual sería la creencia de mi viejo sobre estos tiempos tan caóticos, o pedir su ayuda en cuestiones del hogar. 

Sé que nunca olvidaré a mi padre, lo recuerdo todos los días. A veces duele, a veces no. Siempre se me sale una sonrisa al pensar en él, inevitablemente después viene la lágrima.

Algo que me llena de orgullo y me hace caminar cual pavo real es que hasta la fecha ( y sé que nunca sucederá) no me he topado a alguien que hable mal de mi papá, todo el que llegó a conocerlo lamentó mucho su partida. Era una persona muy agradable, tenía su carácter, como la mayoría de los Acevedo lo tenemos. 

Siempre trató de trasmitirnos sus conocimientos. En lo particular puedo decir que más que conocimientos lo que a mi me heredó fueron sus intereses. Si bien no soy la mitad de talentoso de lo que él fue, al menos el interés de aprender algo o de saber algo si me fue transmitido. 

Su cumpleaños era algo misterioso, pues según mi abuela era el 12 de Agosto, aunque en su acta de nacimiento se decía que fue el 14. Cualquiera que fuera el día, ya no lo celebramos más. No voy a mentir, lloré como Magdalena al escribir este post. Mi mente viajo al tiempo en que mi padre corría tras de mi enseñándome a andar en bicicleta, a esos momentos en que con una mirada fija te daba la orden de dejar de portarte mal.  

Puedo decir que gracias a mi papá, hoy soy la persona que soy. Ojalá mi padre este orgulloso de mi como yo lo estaré siempre de él. Gracias "Charas", gracias por todas esas desveladas, esas horas interminables de trabajo, todos esos esfuerzos y sacrificios que hasta el último aliento que tuviste lo realizaste para que tus hijos y tu esposa estuviéramos bien. Me diste la mejor infancia que cualquier niño pudiera pedir, pues siempre fuiste el mejor padre del mundo y sigues siendo mi super héroe favorito. 

Descansa en paz José Acevedo Paredes.



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