Alumnos del futuro

En mis tiempos de estudiante, el acudir a la escuela en horario matutino te hacía superior a los de la tarde. Por alguna extraña razón, se tenía la creencia que los alumnos del segundo turno, incluso lo maestros, eran más flojos y burros. 

Ya fuera en primaria o secundaría, los de la tarde eran los granujas, los abusones, los reprobados del turno matutino y su castigo era acudir a clases cuando los demás niños veíamos caricaturas. Uno no se preguntaba cuales eran las verdaderas razones por las que ellos tenían que acudir a clases en ese horario. Quizá era por el trabajo de sus padres, quizá nadie los podía cuidar en la tarde. Podría haber demasiados "quizás", lo cierto era que si ibas a la escuela en la mañana te daba derecho a sentirte superior.

Fueron varias las veces que por cuestiones escolares me tuve que quedar un poco más tarde de lo habitual, ya fuera un ensayo para un desfile ( yo era de los que siempre se desmayaba ) o algún evento deportivo, el rose con estos trogloditas la mayoría de las veces terminaba en calentadas y mentadas de madre. Lo que actualmente se conoce como bulling, antes era el pan de cada día si te topabas con estos seres poco evolucionados.

Con el pasar de los años y el crecimiento de la población en las ciudades, al llegar a la preparatoria la cosa era totalmente diferente. En mi generación escolar, la demanda de inscripciones en cada plantel de bachillerato superó por mucho la expectativa de los dirigentes, lo que forzó a las escuelas a sobre inscribir alumnos, teniendo en promedio 50 alumnos por grupo, ocho grupos por semestre. El prestigio matutino perdió valor, y ese apodo de burro te lo tenías que ganar, ya no era cuestión de tu horario escolar. 

Para quienes a esa edad se veían en la necesidad de estudiar y trabajar, existían preparatorias abiertas que eran más flexibles con los horarios y las faltas. Obviamente eran de paga, por lo que cada grupo era menor per cápita. Aquí los hombres podían traer el cabello largo, no se usaba uniforme, incluso se veía mas cool a quienes acudían a este sistema educativo, no digo que a estudiar por que por lo general este sistema se conoce por ser demasiado barco y todos sabemos que con dinero baila el perro, o en este caso, pasa el burro. 

Los que en mis tiempos si estaban en otro nivel, eran los de las tele secundarias, y es precisamente en este tema en el que quiero adentrarme un poco más. Resulta, que estos alumnos siempre fueron menospreciados por estudiar ellos mismos. Las clases eran televisadas y cada estudiante debía tomar sus apuntes y llevar registro de sus clases. Era el principio del uso de la tecnología con fines educativos. Por supuesto que uno no lo veía así. Eran bastantes las mofas que se hacían cuando un compañero de clase cometía una pifia y nunca faltaba el comentario burlón indicando que lo iban a mandar a las tele clases por mentecato.

Ahora que las cosas son muy diferentes gracias a la pandémica situación en que nos encontramos, podemos decir que esos tele estudiantes estaban muy adelantados a su época. Se creerán ellos los masters y quienes pueden hacer alarde de su experiencia en tomar apuntes y recibir ordenes de un profesor adentro de una una televisión. 

El sistema educativo en México jamás se podría considerar de primer nivel. El siguiente ciclo escolar será impartido a la distancia, con el uso nuevamente de las trasmisiones de clases por canales abiertos de televisión. 

Ahora, estos burros serán quienes pavonearán su adelanto en el tiempo y como ellos comenzaron toda esta revolución educativa. No dudo que salga el nerd que comente que grababa las clases en VHS para poderlas ver después. 

No hay de otra más que apechugar en este sentido, a mi punto de vista es mejor que los niños reciban algo de conocimiento por medio de la tele, si ya pasan más de 3 horas jugando Fornite, ya estarán acostumbrados.

Lamentablemente ya suena a cliché esto de la nueva normalidad. Siempre habremos quienes no queremos aceptar que esto llego a ser normal. Es aquí cuando nos damos cuenta que realmente no eramos seres antisociales como creíamos y que todo este aislamiento social solo generará asesinos seriales que en vez de querer matar a sus maestros, quieran destruir su televisor. 

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